Le confieso que para mí fue difícil entender qué es la “propiedad”. Fue tan difícil como determinante en mi vida, porque cuando ese entendimiento llegó e hizo “click” en mi cabeza se desmoronaron un montón de (lo que ahora para mí no son más que) historias, construcciones forzadas de quienes pretenden alterar el siempre frágil orden social que como especie humana hemos construido a punta de -literalmente- sacrificio, esfuerzo, lágrimas, sudor y sangre.