La consecuencia del ayuno. El ayuno es una herramienta espiritual que aumenta la manifestación del poder de Dios en nosotros. En el pasaje, encontramos que Jesús regresó del desierto, después de haber ayunado durante 40 días, en el poder del Espíritu, como antesala a una cadena de milagros y prodigios encaminados al cumplimiento del Plan de Salvación.