Falsas fortalezas. En la vida, se levantan enemigos de nuestra estabilidad. Unos de esos enemigos, operan como espíritus que alteran, ahogan, crean ansiedad y desestabilizan nuestro sistema nervioso. Están representados por temores, dolores y falsas fortalezas en nuestras emociones. La iglesia actual tiene una gran batalla y debe decidir entre ser una iglesia emocional o una iglesia espiritual.