En esta enseñanza y por medio de una analogía, vemos la verdad de Dios como el plato fuerte y más exquisito que todos debemos aprender a preparar y compartir. ¿Cómo se prepara esta receta?, ¿Cuáles son los ingredientes?, ¿Cómo se sirve la mesa? siempre pensando que en la mesa de Dios siempre hay lugar para uno más.