El sistema de gobierno de Estados unidos está en crisis a nivel político, social, económico y moral y los hijos de Dios han olvidado que su intervención es crucial y su responsabilidad no se puede negar, principalmente delante de Dios. Necesitamos ser conscientes e involucrarnos en la elección de gobernantes dispuestos a luchar por los principios bíblicos, dejando a un lado la apatía y el silencio.