El Camino A La Salvación. El precio de nuestra Salvación fue la sangre del hijo de Dios y su resurrección la prueba de que seguimos a un Dios vivo y de que somos más que vencedores. Si el hijo de Dios nos libertó, somos verdaderamente libres y podemos apropiarnos de todas sus promesas, ya que son la herencia de los hijos de Dios. Ahora que Jesús murió y resucitó, tenemos acceso a la Presencia de Dios y la fe no es en vano.