Gracias al empeño de Ramón Sabat y su etiqueta Panart, primer esfuerzo discográfico independiente en Cuba, comenzamos el programa escuchando al gran tresero Isaac Oviedo en su poca conocida faceta de cantante.
Le acompañaban sus antiguos compañeros del Café 'Vista Alegre': Barbarito Diez y Graciano Gómez reviviendo -bajo el nombre de 'Los Gracianos'- en los míticos estudios de San Miguel 410, algo del repertorio con que, a comienzos de los años 30, encantaban a la bohemia habanera.
En el catálogo de la etiqueta Víctor de principios de los años 30 sobresalía el Cuarteto Machín. 'A Baracoa me voy', éxito original de su vocalista principal: Antonio Machín.
'A orillas del Guaso', uno de los maravillosos sones de Matamoros. El inconfundible empaste de Siro Rodríguez, Rafael Cueto y Miguel Matamoros difundido también por la etiqueta Víctor de comienzos de los 30.
Y en el Nueva York del año 1927 el Sexteto 'Nacional' de Ignacio Piñeiro, presentaba sones y credenciales. Un bisoño Abelardo Barroso llega desde una edición de la etiqueta Columbia. 'Cuatro palomas', uno de los clásicos del poeta del son.
Seguimos con el afinque montunero del tresero Arsenio Rodríguez y su conjunto. Una sonoridad que aportó consistencia a la llamada era de los conjuntos soneros de los años 40.
Buena memoria.
La trompeta de Óscar Velazco 'Florecita' nos permite seguir haciendo memoria.
A comienzos del siglo XX el emporio discográfico norteamericano 'Victor Talking Machine' comenzó a sobresalir en el naciente mercado de la música grabada. En su catálogo las ediciones 'Victrola' de etiqueta roja.
Hacia 1939 comenzaron a llegar a Cuba unos novedosos artilugios que muy pronto fueron bautizados con el nombre de la conocida marca.
Sin embargo la novedad tecnológica no fue bien recibida por el sector musical entendiendo que representaría una desleal competencia.
Ubicadas en bares, restaurantes y bodegas de barrio, comenzaron a amplificar la popularidad de intérpretes y agrupaciones.
'Cuánto se debe' es una guaracha de Agustín Ribot que su autor dejó en discos RCA Víctor completando la famosa trilogía vocal del Conjunto Casino junto a Roberto Faz y Roberto Espí.
Volvemos a los 40: la combinación del estilo del boricua Daniel Santos con el respaldo del conjunto 'Sonora Matancera' fue otro acierto comercial de la naciente etiqueta Panart.
'Dos gardenias', clásico original de la pianista y compositora Isolina Carrillo, nos recuerda que fueron los boleros -con su carga de amor, despecho y alcohol- los que verdaderamente conquistaron las victrolas hasta bien entrados los años 60.
Repetimos con el gran Abelardo Barroso, en su segundo aire como parte de la Orquesta Sensación de Rolando Valdés, llega con un bolero del flautista y compositor Juan Pablo Miranda: 'Es en vano'.
La aceptación popular de un repertorio típico de victrolas perfiló además un estilo distintivo que tuvo ídolos sin discusión: Puchito, Meca, Velvet y Modiner: Ñico Membiela.
Rosendo Rosell fue un artista todo terreno. Desde los años 30, a la par del auge de la radio independiente cubana, inició su longeva trayectoria que abarcó también salas teatrales, cine y televisión, como cantante, actor, productor, guionista, director de programas y compositor.
Falleció en Miami -a los 92 años- el 26 de octubre del 2010. Había nacido en Placetas, Las Villas, el 25 de junio de 1918.
Seguidamente: Julio Valdés, la orquesta 'Aragón', la jazz band Hermanos Castro y el Conjunto 'Casino', nos recordarán el arte del multifacético Rosendo Rosell como compositor.
Música Popular Cubana que, majestuosa en su trono, a pesar de todo y de los que continúan pretendiendo desvirtuar la autenticidad de sus raíces y legado con etiquetas netamente comerciales que sólo han logrado empañar la riqueza cultural del Caribe.
En la despedida le damos paso a los grandes de la rumba y el guaguancó. Celeste Mendoza, Carlos Embale y Roberto Maza nos permiten seguir haciendo memoria.