En las creaciones de Arsenio Rodríguez el fuerte caudal afro heredado por línea directa de sus ancestros congos.
Ciego desde muy pequeño, orígen humildísimo, la música fue su refugio, reflejando en ella todos aquellos cantos, rituales y toques que acompañaron su niñez y adolescencia.
Con su tres, a fuerza de talento y perseverancia, logró imponerse en el difícil y competitivo ambiente de la música popular de los años 30. Al frente de su agrupación, durante la llamada "era de los conjuntos soneros", estableció uno de los patrones estilísticos más notables de ese formato dejando honda huella en el caudal musical de Cuba y el mundo.
Con algunos clásicos de Arsenio Rodríguez, registrados durante la década del 40 en La Habana para la etiqueta norteamericana RCA Víctor, hacemos memoria.
Y del toque recio del conjunto sonero pasamos a la grandiosa sonoridad de los jazz bands cubanos.
El formato orquestal que con fuerza inusitada llegó a los salones y parques de diversiones de la isla a comienzos de los años 20 desde los Estados Unidos, trajo consigo géneros como el one step, el two step y el fox trot.
Aunque muy pronto pasó a ser fuerte competencia para orquestas danzoneras y agrupaciones de sones ya, para la década siguiente, mostraba una notable "cubanización" incluyendo en sus partituras sones, guarachas, congas, montunos y boleros, entre otros tantos géneros del espectro rítmico cubano.
Buen pretexto para volver a una de las jazz bands más notables de finales de los años 30. Fundada en 1937 la Orquesta "Casino de la Playa" efectuó muy pronto para la etiqueta Víctor, sus primeras grabaciones.
El clásico danzón "Almendra" de Abelardito Valdés, nos permitirá iniciar este segmento con algunos de aquellos registros históricos.
Aunque su cantante estrella fue Miguelito Valdés, durante los años 40 y 50 la "Casino de la Playa" le brindó acompañamiento a muchos otros vocalistas. Entre ellos el trompetista Walfredo de los Reyes, Antonio Cheché de la Cruz, Orlando Guerra "Cascarita" y Carlos Díaz.
En la localidad villareña de Calabazar de Sagua, el 26 de septiembre de 1903, vio la luz Chanito Isidrón.
Desde muy pequeño, como la inmensa mayoría de sus contemporáneos entregados al arte de la décima y el repentismo, fue puliendo su talento natural en fiestas familiares y en las típicas canturias.
En pleno auge y esplendor la radio independiente, compartiendo micrófono junto a figuras de los años 40 como Clavelito, La Calandria, o el Indio Naborí, entre otros, su ingenio y fino humor le permitieron ganarse el reconocimiento popular como uno de los grandes cultivadores de un género que caló hondo en el campesinado cubano.
Dos piezas de Chanito Isidrón grabadas durante su estancia en Puerto Rico. En su voz con las guitarras de Miguel Ojeda: "La mujer y el radio" y "Una cita en el bohío".
Su presencia en la discografia cubana la descubrimos repartida en décimas, guarachas, puntos cubanos, o en simpáticas piezas como la titulada "Chino no son bobo" grabada para la etiqueta "Puchito" por Zoila Gómez y Aníbal de Mar con el respaldo de un conjunto típico campesino.
Buen recuerdo para el también llamado "Rey del Punto Cubano". Chanito Isidrón falleció en La Habana en 23 de febrero de 1987.
En los minutos finales la sonoridad más contemporánea de los jazz bands cubanos. Un lujo regresar siempre a la innovadora obra del gran Emiliano Salvador, retomada en un excelente trabajo discográfico producido en el 2000 bajo la conducción del maestro Juan Manuel Ceruto.
AfroCuban Jazz con la "Puerto Padre Big Band" devolviéndonos auténticos clásicos como "En una volanta actual", "Angelica" y "Puerto Padre".
Al piano un juvenil Tony Pérez.