Siempre es grato volver a los registros discográficos de las primeras décadas del siglo XX cubano.
"Cuatro palomas", el son de Ignacio Piñeiro grabado en Nueva York en 1927 para Columbia, nos permitió comenzar el programa echando mano a una de las grandes voces de la música popular cubana: Abelardo Barroso cuando integraba las filas del Sexteto Habanero.
Ante la ausencia de una industria nacional todo lo apetecible del movimiento artístico y musical de la Isla lo registraron entonces etiquetas norteamericanas como Víctor, Brunswick, Emerson y Columbia, entre muchas otras.
Precisamente es el catálogo Columbia el que nos permite continuar con otro son, pero a la manera de María Cervantes. De su padre el ilustre Ignacio Cervantes, María heredó el amor por las danzas, aunque también cultivó en un estilo bien original el bolero, la rumba y la guaracha.
"Notas de mi son". María Cervantes en la memoria.
En las tempranas producciones de todos estos sellos norteamericanos, afortunadamente, tuvieron notable peso trovadores, cantantes líricos, las figuras más representativas del teatro bufo y, por supuesto, las formaciones soneras que, repartidas en tríos, cuartetos y sextetos, comenzaban a regar por todo el mundo la melaza incomparable del Son cubano.
Era el trío Matamoros con uno de los sones compuestos y cantados por Miguel junto a Siro y Cueto 3O de julio de 1929. "El paralítico".
La melodía de un olvidado danzón de Torroella: "La república de los frescos" por la orquesta del célebre Teatro "Alhambra", nos brinda la introducción perfecta para acercarnos a quien fuera uno de los grandes "negritos" del bufo criollo.
Ramón Espígul y Lola Mayorga regresan desde un registro del 12 de mayo de 1919.
"Las elecciones", el humor criollo denunciando las corruptelas políticas de su época. La sátira fue la eterna compañera de estos gigantes del teatro.
Cerrando este segmento volvemos al catálogo Columbia de etiqueta verde. Nuevamente un juvenil Abelardo Barroso, pero esta vez con el sexteto Nacional de Piñeiro, nos acercará otro clásico que nos indica la cercanía entre trovadores y soneros. "Yo quiero morir en Cuba", es una pieza original del gran Sindo Garay.
El compositor y pianista matancero Frank Domínguez nos legó piezas que hoy son verdaderos monumentos de la canción y el bolero.
Enmarcado en la corriente del feelin', Frank también dejó huella por la manera tan especial de decir la canción demostrando un avanzado concepto armónico que, sin dudas, también incidió en su trabajo como pianista acompañante.
Ejerciendo cada una de estas facetas contribuyó a la evolución formal de un estilo que tuvo su máximo esplendor en los clubes donde, a finales de los 50s y comienzos de los 60s, reinó la bohemia cubana apegada al libertario ambiente de la llamada "descarga".
Muy a su pesar el maestro Frank Domínguez murió lejos de su tierra. El 29 de octubre de 2014 falleció en Mérida, la ciudad azteca, dejando tras sí un valioso legado. El 9 de octubre de 2025 hubiera cumplido 98 años. Como sencillo tributo repasaremos algo de su grandiosa obra.
En este orden nos acompañarán Miriam Ramos, Pacho Alonso, Pablo Milanés, Diana Fuentes y el propio Frank. Los títulos: "Mi corazón lloró", "Imágenes", "Cómo te atreves", "Me recordarás" y "Tú me acostumbraste".
Haydée Milanés nos presenta uno de sus más recientes singles.
"Un amor que se demora", ubicado ya en todas las plataformas digitales, sólo espera a que le des play.
Unos minutos más en sintonía con estos sonidos alternativos. A Rey Rodríguez lo escuché por primera vez en Madrid cuando formaba parte del proyecto "Picadillo" cubriendo la delantera vocal junto a Sol Ruiz. Afincado en Miami desde hace algunos años, llega a Cubakústica para presentarnos dos de sus últimos trabajos.
En la despedida el Jazz AfroCubano contemporáneo a la manera del trompetista Alejandro Delgado.