Dionisio Ramón Emilio Valdés Amaro: Bebo Valdés, tuvo una vida larga, intensa y provechosa, dedicada íntegramente a su gran pasión: la música.
La influyente corriente del swing y el bebop, que renovó musicalmente los primeros años 40, resonó espectacularmente en la obra y el estilo del joven Bebo Valdés quien por entonces, incesantemente, transcribe partituras, arregla, hace suplencias ocupando atriles en no pocas agrupaciones.
Dos piezas fundamentales del músico resumieron esos tiempos de intenso bregar por la geografía musical de la Isla: "Rareza del siglo" un mambo que a continuación escucharemos con arreglo semi-sinfónico de Bebo para la orquesta CMQ, dirigida por Bola de Nieve, y "Güempa", en las voces de Faz, Espi y Vallejo con el Conjunto Casino, desde un bailable de Nochebuena del año 1952, emitido también por la importante emisora.
"Baila así", otra pieza de Bebo que Celia Cruz defendía en sus presentaciones en directo. La década del 50 estrenaba su banda sonora y los jazz bands con los arreglos de Bebo, se renovaban.
"Cascarita" triunfaba en el show Carnaval Trinidad y hermano. No existió escuela más efectiva para los músicos cubanos de los 40 y 50 que los bailables y los directos -en radio o televisión- para dominar todo el espectro rítmico popular que pulsaba en el ambiente.
Especialmente, el buen gusto de Bebo Valdés al arreglar canciones y boleros para conjuntos, orquestas típicas o jazz bands, se puso a prueba en sus numerosos trabajos para etiquetas discográficas de importancia como Panart y RCA Victor.
Para esa primera etiqueta Orlando Vallejo grabó respaldado por un magnífico arreglo de cuerdas el bolero de Bebo: "Serenata en Batanga".
El bisoño músico de RHC Cadena Azul, el creador del ritmo "batanga", el jazzista precursor, el caballo de los arreglos del cabaret "Tropicana", el productor musical, el maestro de las inacabables sesiones discográficas para Panart, RCA Victor, Gema y Puchito, entre otros sellos. Todos estos matices, en conjunto o por separado, moldearon una sólida personalidad que le sigue dando realce, peso y consistencia definitorias a la cultura cubana y del mundo.
Siempre vibrante el jazz band en sus arreglos y composiciones. Probablemente fue la "Riverside", bajo la batuta del saxofonista Pedro Vila, la banda que hizo relucir al máximo sus creaciones: "Ritmando cha cha chá" y "Oye como gozo mama"
El desarrollo alcanzado por la industria del disco independiente no hubiera sido posible sin la base aportada por compositores, arreglistas y conductores de orquesta.
Unos minutos para que vuelva a resonar el genio de Bebo en estas dos últimas facetas. Para ello contamos con estas grabaciones históricas donde cantan Rolando Laserie, Fernando Álvarez, Miguelito Cuní, y Doris de la Torre.
Nos acompaña Bebo Valdés, el pianista sensible, inconforme y rebelde, el hombre capaz de soportar el durísimo y permanente exilio. Así hasta el final, como una rueda mágica e imparable, ardieron sus 94 años.
Desde una producción Gema llega la orquesta de Bebo con el canto principal de Pío Leyva y el coro de Omara Portuondo: "En cadenas". Irreconciliable con la dictadura, este montuno grabado en el mismísimo 1959, resultó ser premonitorio. Luego de salir de Cuba en 1960, Bebo se estableció en Suecia hasta su fallecimiento.
Paquito D’Rivera, con ese noble afán de salvar grandezas de la música cubana le produjo en 1994: “Bebo Rides again”. Afortunado punto de giro en la extensa carrera del longevo músico.
Hacia 2002 otro álbum marcó su vida, como resumiendo su concepto orquestal en función del cancionero iberoamericano: “Lágrimas negras”.
Cuando el 22 de marzo del 2013 emprendió su viaje a la inmortalidad era ya refulgente leyenda en el parnaso de los grandes de todos los tiempos.
Diez años sin Bebo Valdés, pero teniendo siempre, a buen recaudo, su maravilloso legado.