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Con un grupo de grabaciones históricas recordamos hoy algo de la vida y obra del ingenioso guitarrista y compositor santiaguero Antonio Fernández, desde siempre conocido en el ambiente musical de su tiempo como Ñico Saquito.

Su inventiva y facilidad para captar las situaciones más diversas y llevarlas a la guaracha, fueron inmejorable carta de presentación para insertarse en el ambiente trovadoresco habanero de los años 30s cuando Ñico, como muchos de sus contemporáneos, llegó a la capital de la república en busca de mejor fortuna.

La era de la radio independiente transitaba su etapa romántica y aunque los 20 centavos que ganaban por audición apenas alcanzaban para tomarse un café con leche y pagar el pasaje en tranvía, muchos trovadores encontraron en sus programaciones la manera de dar a conocer su arte. Integrando diversas formaciones como el Cuarteto Castillo, Los Guaracheros de Oriente, Los Cumbancheros, y su Conjunto Oriental, Ñico Saquito desde esas fechas hasta bien entrados los años 50, conquistó el aplauso y las simpatías del público.

"María Cristina", "Camina como Chencha ", "Compay gallo", "El muñequito", "Sagüita al bate", "Tócale la campana", "Silverio, Facundo y la Luna", "Estoy hecho tierra", "Adiós compay gato", "Menéame la cuna", son sólo algunos de los títulos con los que se ganó un sitio importante en el panteón de los grandes de la música popular cubana.

Ñico Saquito murió en Santiago de Cuba el 4 de agosto de 1982. Había nacido en esa ciudad oriental el 13 de febrero de 1901.

La señal antológica de la radio independiente cubana nos permite recordar la era dorada de las presentaciones en directo. Entre los años 1954 y 1955 el merengue dominicano que trajeron los cantantes Alberto Beltrán y Juan Polanco, pegó muchísimo en el gusto de los bailadores cubanos.

Beltrán, el primero en triunfar en La Habana con el conjunto Sonora Matancera, poco después comenzó a trabajar con el Conjunto Casino.

Juan Polanco con el Conjunto Casino se presentó con mucho éxito en el estudio teatro de "La onda de la alegría", Radio Progreso.

Entre las grandes voces líricas de Cuba recordamos a Esther Borja.

En 1935 debutó en las tablas del teatro Auditorium, hoy Amadeo Roldán, interpretando piezas de Lecuona como parte del elenco de "Lola Cruz", opereta con libreto del poeta y periodista Gustavo Sánchez Galarraga.

Desde entonces fue éxito en su voz el clásico vals "Damisela encantadora", tema que marcó el inicio de 60 años de presencia continuada en salas teatrales, cabarets, radio y televisión.

El clásico cha cha chá "Los marcianos", original del compositor Rosendo Ruiz Quevedo, acompaña los minutos finales del programa.

Muy a propósito recordamos el triunfo y la supervivencia del pegajoso ritmo que ya, a comienzos de los 50, transpiraba el ambiente musical.

La "pegada" que tuvo "La engañadora", tema compuesto por el violinista Enrique Jorrin cuando integraba la Orquesta América de Ninón Mondéjar, permitió al cha cha chá invadir los atriles de todas las orquestas cubanas.

Para sorpresa de los habaneros el día de los inocentes de 1954 un platillo volador amaneció posado en la Ciudad Deportiva de la Avenida Rancho Boyeros.

La inventiva del incansable productor Gaspar Pumarejo, patrocinado por la cerveza Cristal y desde su canal 4, sumaba el misterioso aterrizaje a su extensa lista de efectivas fórmulas comerciales en función del entretenimiento.

La vedette Rosa Fornés, quien por entonces protagonizaba junto a su esposo el actor y cantante Armando Bianchi el show televisivo "Mi esposo favorito", versión criolla de la serie norteamericana "I love Lucy", sorprendió a la agitada concurrencia al descender del supuesto artefacto extraterrestre.

En la despedida el ayer y hoy del cha cha chá: Carlos Díaz con la jazz band Hermanos Castro, la orquesta de Juanito Márquez de 1960, y Juan Carlos Marín: el trombón de Santa Amalia.