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Una versión a dos pianos de "Cachita", la célebre rumba que compuso durante su estancia cubana, finalizando los años 30, el destacado compositor boricua Rafael Hernández nos permite comenzar repasando algo del repertorio que grabaron para la etiqueta Montilla, de mediados de los años 50: Juan Bruno Tarraza y Felo Bergaza.

La cantante mexicana Toña la Negra nos recordaba el clásico de Juan Bruno Tarraza: "Alma libre". Le sigue Olga Guillot junto al Cuarteto "Los Ruffino" y el piano de Felo Bergaza en un tema de su autoría: "Si tú me lo dijeras".

Ya fuese completando el exitoso dúo de pianos con el que se presentaron en Cuba y buena parte de los escenarios del mundo, Juan Bruno y Felo, desarrollaron por separado exitosos proyectos.

"Mambolero", producción de la Columbia mexicana nos devolvió a Juan Bruno Tarraza y su orquesta de Mambos.

En la frontera de los años 50 a los 60 el argentino Luis Aguilé, precedido por sus grabaciones para la etiqueta Odeon, a la par de conquistar un público netamente adolescente, encontró en Cuba una fenomenal plaza artística que impulsó su carrera en toda el área latina.

Aparte de la mega influencia de ídolos norteamericanos como Elvis, Paul Anka o Neil Sedaka, también por esas fechas las grabaciones de "Los Cinco Latinos" y las del mexicano Manolo Muñoz fueron conformando un sedimento estético y sonoro donde estrellas nacientes como Luisito Bravo inevitablemente se reflejaron.

Hacia 1961, en pleno auge el formato de los combos, las grabaciones de Luisito Bravo con los arreglos y acompañamientos del imprescindible Eddy Gaytán, producidas por la etiqueta independiente Velvet, esbozaban la categoría del pop rock cubano en los discos abriendo un camino que muy pronto siguieron otros exponentes.

Los abuelos del pop rock cubano de esos tiempos, identificados invariablemente por una lírica ingenua y sencilla, dirigida a un público adolescente donde la temática romántica primaba por sobre todas las cosas, se apoyaron en estilos como el twist, el wawá, el gogó, el yeyé y el shake.

El sistema de difusión estatalizado potenció, durante la segunda mitad de los sesenta, a través de puntuales espacios radiales y televisivos, así como en diversos eventos como los festivales de la canción de la playa de Varadero, la prohibición de las más prominentes bandas de lengua inglesa, dando prioridad en sus programaciones a sus equivalentes en iberoamérica. Esta circunstancia incidió lógicamente en la manera en que los poperos cubanos asumieron por aquellos años dicha corriente.

Luisito Bravo, Lita del Real, Raul Gómez con Los Bucaneros, Danny Puga, Luisa María Güell y Lourdes Gil acompañan este segmento del programa. Con "Los Bucaneros" y "La Soga" despedimos este segmento.

Últimos vestigios del legendario bufo cubano en las producciones discográficas independientes de los años 50.

Desde las primeras décadas del siglo XX destacaron en los catálogos de etiquetas norteamericanas como Víctor, Columbia, Brunswick, Emerson, entre otras, los cantos, ocurrencias y situaciones escritos para los diferentes personajes del legendario teatro criollo.

En el mismísimo centro de los 50, cuando la industria del disco independiente en la isla alcanzaba su máximo esplendor, Jesús Gorís produjo con su etiqueta "Puchito" a los veteranos Alicia Rico y el viejito Bringuier.

Les acompañó la jazz band "Riverside" con su cantante estrella Tito Gómez.

En el mismo catálogo, con pocos años de diferencia, tuvieron amplio desenvolvimiento: Leopoldo Fernández y Aníbal del Mar.

Consagrados, dentro y fuera de Cuba, gracias a infinidad de presentaciones en radio, cine y televisión, sus miticos personajes de "Pototo y Filomeno", o "Tres Patines y el tremendo Juez" de "La Tremenda Corte", fueron más que bien recibidos junto a la veterana "Melodías del 40" del maestro Regino Frontela Fraga.