Lo más fácil es echarle la culpa de lo que te pasa al de enfrente, pero honestamente, ¿crees que esto te hace crecer? ¿De verdad quieres ceder el control de tu vida a otro? La responsabilidad viene de entender que hay algo dentro de mí que se ve reflejado en los resultados de mi vida, y eso me da el poder de transformar todo lo que no quiero en lo que sí quiero. Tomar responsabilidad me empodera, echar culpas me apaga.