¡Qué triste cuando un comentario desatinado y malintencionado se lanza para tirar lo que has construido con tanta fe y esfuerzo! ¿Pero sabes qué es más triste que eso? Que tú lo permitas.
Hoy Dios nos recuerda que él está de nuestro lado, que está a nuestro favor. Dios te dice suavemente, todos los días: Todo está bien, sigue adelante, yo estoy contigo. Entonces… ¿por qué permites que los comentarios o las acciones de alguien que no te conoce tan bien como Dios lo hace venga a quererte tambalear?
La misericordia y compasión de Dios son más grandes de lo que tú puedas comprender o imaginar, pero aún así te invitamos a dejarte querer por Dios. Dios no culpa, no discrimina y mucho menos desprecia. ¿Lo crees? Déjanos una taza de café con un amén si así lo crees.