El proceso de cambio y transformación, sin duda es difícil. En el camino, vamos dejando y soltando partes de nosotros que ya no nos hacen bien, que pesan mucho. Más una vez que sabemos para dónde vamos, y quién nos acompaña en este proceso (Dios) vamos caminando confiados que esas partes nuestras que hemos dejado serán restauradas y reemplazadas con cosas mucho mejores, pues Dios tiene planes maravillosos para nosotros. Solo necesitamos ser honestos, claros en lo que queremos, y decidir, para dónde vamos.
