La inteligencia artificial (IA) tendrá efectos transformadores para la sociedad en las próximas décadas y podría aportar enormes beneficios. Pero consideramos también que existe un riesgo considerable. Una forma prometedora de reducir las probabilidades de una catástrofe relacionada con la IA es encontrar soluciones técnicas que nos permitan evitar que los sistemas de IA se comporten de forma peligrosa.