Números 11:5 “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos”.
La mente es la parte del corazón, es la parte del alma que más cuesta convertirse y sujetarse a Dios debido a los patrones espirituales, emocionales, sexuales, económicos y físicos que traemos desde el momento en que fuimos engendrados”.
Patrón significa: Modelo, Molde… Podemos entonces concluir que el pueblo de Dios está siguiendo modelos espirituales y religiosos que no son conforme a lo que Él enseña en Su Palabra y estos moldes se encuentran en nuestra mente, como patrones que gobiernan nuestro sistema de creencia; por tal razón nosotros al salir del mundo necesitamos no solo, nacer de nuevo, recibir el perdón a través del sacrificio de Cristo, sino también necesitamos recibir nuestra libertad; dice la Palabra en Gálatas 5:1 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.
En la Palabra hay un ejemplo muy claro que ocurrió con el pueblo de Israel en tierra de Egipto, Dios los sacó de Egipto pero su corazón se quedó en Egipto. Observemos los pasos que tuvo que dar el pueblo al mando de Moisés y luego al mando de Josué, no solo para lograr su libertad, sino también para lograr el propósito y el destino:
Así como el pueblo de Israel que recibió de parte de Dios milagros, prodigios, alimento y agua totalmente gratis, sin que le costara esfuerzo y dinero, de la misma manera también camina el pueblo de Dios, la iglesia entra y sale del mundo, se deleita del mundo y de sus mieles, practica los rudimentos del mundo a sabiendas que en el mundo solo encuentran maldad, iniquidad, desolación, mentiras, engaños, traición, enfermedad y muerte y luego cuando el mundo le clava la puñalada trapera vuelven a Dios con el rabo entre las piernas… y todo porque así como el pueblo de Israel tenía la “mente de esclavo” hoy por hoy la iglesia de Cristo tiene la “mente de esclavo” por tal razón hoy el Señor levanta Su voz para declarar lo que está escrito en Gálatas 5:1 "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” Y lo corrobora en Lucas 4:18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos”, y nos insta a que no solamente nos volvamos a Él con todo el corazón sino también desarrollar la Mente de Cristo asi como está escrito en 1 Corintios 2:16 “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”.
Pero Dios quiere algo más con Su pueblo, desde el inicio en Éxodo hasta Apocalipsis, la intención final de Dios para con Su pueblo es Su deseo ardiente de una intimidad de Su pueblo con El, que cada uno pueda venir delante de Él como parte de Su reino de sacerdotes y gente santa, apartada para El. El cumplimiento del deseo de Dios de atraer completamente hacía Sí mismo a un pueblo, Dios desea tener un pueblo en una unión tan cercana que Él personalmente puede enjugar las lágrimas de los ojos de ellos y quitar la tristeza y el dolor de las cosas viejas. Él sigue llevando a ese pueblo a Sí mismo, y lo seguirá haciendo hasta que todos los llamados por Su nombre estén en una relación cara a cara con Él.
Jesús dijo: Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”; nosotros tratamos de hacer planes, cambiamos de iglesia, cambiamos de pareja sin consultar la sabiduría del cielo.
Ahora tu y yo somos hijos de Dios en Cristo, cada bendición que tu y recibimos es en Cristo, cada paso que tu das es en Cristo; tu unión con Cristo te libertó de la esclavitud y de la tiranía del pecado, Romanos 6:16 "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”.
Teníamos la voluntad esclavizada al pecado, no teníamos otra opción que no fuera el pecar, pecábamos porque nos gustaba pecar, pero ahora después que Cristo vino y me uniera a Él, puso el Espiritu de Dios a morar en mi, la esclavitud del pecado fue quebrado por completo, por tal razón en mi alma y mi espiritu regenerado no reside el pecado, el problema es mi carne que no ha sido regenerada y sino vivo una vida para Dios, voy a ser arrastrado hacia la muerte espiritual.
Se hace necesario que el Señor rompa esquemas, patrones de pensamientos y de comportamientos, herencias espirituales, emocionales, físicas, intelectuales y económicas. Esto lo hizo con el pueblo de Israel cuando salió de tierra de Egipto, quizo llevarlo al desierto para arrancar de sus mentes y de sus corazones todo lo que traían de Egipto.
Por mucho tiempo el pueblo de Dios ha estado atado a reglas humanas impuestas por la religión, por la tradición y por las vivencias de su ...