Doña Laura nada tiene que ver con la crisis del PLN. Nada. Si acaso, más bien, le permitió al partido, al menos por un momento, vender la imagen de una estructura capaz de trabajar el relevo político y la visión de género. Lo que vino después, en las campañas del 2014, 2018 y 2022 es una colección de cuentos de espantos y aparecidos protagonizados por muchos otros personajes, pero no por ella. Precisamente por eso no sorprende su decisión de ayer, que mucho dice del nivel de hartazgo, decepción y resignación que puede estar manejando.