Ayer se me ocurrió darle seguimiento al Plenario y puedo dar fe de que no le tengo ninguna envidia a Luis Manuel quien gracias al cielo lo hace todos los días para que el resto de nosotros no tenga que padecerlo. Qué fuerte por Dios. A veces no me explico cómo este país es medianamente funcional cuando vamos brincando de pleito inútil en pleito inútil.