Me fascina cuando acaricias mi cuello con ternura, delicioso es sentir tus manos vagando mi piel, besando mis labios con tanta pasión que, me haces perder la razón con tus cálidas caricias, tus dedos recorriendo cada rincón de mi silueta, mientras tu lengua se deslizaba con delicadeza, y con ansias perdiéndose en mí ser.
Luego, me desnudas despacio con avidez acariciándome, desprendiendo de a poquito mis atavíos, de memoria conoces cada recoveco de mi silueta, haciéndome sentir completa solo para ti; me encanta cuando me abrazas alzándome sobre ti, cuando estás sobre mí, hablándome suavemente palabras excitantes, haciéndome estremecer, llevándome al erotismo, mi piel se eriza con la sensualidad de tu voz, susurradas a mis oídos perdiéndome en ti, haciendo hervir mi sangre y sentidos. Ummm ¡Cuánto placer!
No obstante, yo casi sin aliento te acaricio tiernamente, con toques apacibles, por ratos, con fricción dinámica en tu centro de poder. ¡Confieso! que hay momentos que ya quisiera que conquistaras mis entrañas, tenerte, sentirte en mi tez y adueñándome de tu mástil, pero contengo mis deseos para disfrutarte más, hasta que llegue el momento esperado,, sigue, quiero más de ti.
Me encantan tus movimientos desaforados, arrebatados de lujuria, gemidos, alaridos y estrépitos del gran placer, haciendo murmurar nuestros cuerpos con la fuerza dinámica, salpicando el sudor ígneo, empapados de pie a cabeza, la voz entrecortada y la respiración acelerada, haciéndonos llegar al éxtasis.
Autora: Rosy Posy, Honduras. Feb/2/2015
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