Uno de los grandes errores en el que casi todos los nuevos creyentes caen proviene de la incapacidad de discernir estas dos semillas al principio de nuestro viaje, y de aprender a cuál de ellas seguir y a cuál negar. Muy pocas personas hablan de estas cosas, y aún menos están dispuestas y son suficientemente pacientes para dejar que la cruz ‘entresaque lo precioso de lo vil’, antes de salir corriendo en la fuerza, sabiduría y celo de la carne, esperando grandes cosas, grandes ministerios, gran sabiduría, grandes manifestaciones de poder, amor y justicia, pero todo en y desde el hombre equivocado.