Para guiarte fuera de todo lo que es malo, egoísta, orgulloso, caído e inmundo, para realmente liberarte de estas cosas y terminar tu relación con ellas, el Señor debe guiarte a la vista y al sentido de ellas. Esto se llama "el desierto" en las Escrituras. El desierto es el trato de Dios mediante el cual te muestra lo que eres, lo que hay en tu corazón y lo que debes estar dispuesto a dejar atrás si quieres seguirle.