Por extraño que parezca, uno de los mayores obstáculos para conocer verdaderamente al Señor puede ser nuestra familiaridad con las palabras bíblicas y los conceptos espirituales. Hubo un tiempo en que el Señor tuvo que mostrarme que, aunque estaba muy familiarizado con las palabras bíblicas, era un extraño a las realidades espirituales que estas palabras describían o señalaban.