Alguien muere,
muere de pie,
muere en plena vida,
en la mitad del sueño
se queda callado.
Y su cara, su cara graba y
guarda para la posteridad
los ojos huecos,
extraviados, vacíos.
Graba un signo
de profunda interrogación,
de pregunta que nunca,
nunca pudo contestar (su vida).
Pero graba también
una sonrisa que expresa
la alegría de haber cumplido
su mayor sueño.
Aunque cansado por la espera,
su último gesto es una sonrisa
y por fin,
muere.