Espejito, espejito: ¿por qué compito mejor cuando me miran?
Esto no va de egos.
Va de emociones. De sensaciones.
De miedo, de responsabilidad, de compromiso.
Y también de presión y, según cómo, de descontrol.
¿Hasta qué punto la presencia de público influye en el rendimiento de un deportista?
Lo hemos visto recientemente.
Una de esas lecciones que el confinamiento nos trajo cuando se cerraron los estadios (no el campo de juego).
Con el jugador 12 enmudecido, la cosa cambia.
Sin la presión ejercida por la grada, el equipo local no gana tanto.
No solo se trata de contar con el apoyo de los tuyos.
Sino de algo mucho más básico: que haya quien te mire.
Alguien más, además de ti, por quien luchar.
Por quien dar el máximo.
Pero el público no siempre es un motor. Puede ser un lastre.
De eso hablamos esta semana en IMPARABLES.
Y tú, ¿compites mejor cuando te miran?