“Satán no quiere que tu película se haga”. El día que Richard Donner, director de ‘La profecía’, escuchó semejante barbaridad, soltó una sonora carcajada. No le dio la más mínima importancia a aquella frase. Después de todo, fue solo una más de las muchas advertencias sobre la cinta que iba a rodar en Reino Unido: la historia de Damien, el pequeño hijo del Anticristo criado por un matrimonio normal y corriente.