Mariel es una mujer fuerte que sabe luchar. De un segundo a otro su realidad cambió radicalmente cuando su esposo, Alberto, fue víctima de un secuestro que duró 290 días. Ella se tuvo que convertir en madre y padre de tiempo completo buscando el bienestar de sus pequeños hijos. El amor tan grande a su familia, así como su cercanía con Dios la hicieron sacar la fuerza necesaria para afrontar esta situación tan dura e inesperada llevándola a entender que lo más valioso de la vida está en las cosas simples de la misma. Una historia de fortaleza y fe.
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