Anita es mamá, mujer de fe y emprendedora, pues es la fundadora de una pastelería que ha endulzado momentos especiales para muchísimas personas. Sin embargo, lo más profundo de su historia no se hornea en moldes, se hornea en el alma. Cuando su hijo Juan Pablo fue diagnosticado con autismo, su vida dio un giro. Anita atravesó un proceso profundo, desafiante, lleno de preguntas, silencios, lágrimas, pero también, lleno de amor, entrega y transformación. Desde su cocina, que se convirtió en refugio, comenzó a hornear mucho más que pasteles: empezó a hornear fortaleza, propósito y comunidad. Aprendió a confiar en el proceso, y a construir una red de apoyo desde la empatía, la fe y la esperanza. Anita nos recuerda que la dulzura nace cuando decidimos hacer de nuestra vida un acto de amor constante.
🔔 Suscríbete para más conversaciones que te inspiren a transformar los retos en propósito.
✨ Una historia que nos recuerda que empezar de cero también es una forma de avanzar.
🎙️ Inspirar. Transformar. Trascender.