Mi vida ha estado llena de señales que me han indicado el camino adecuado. Desde niña mis padres impregnaron en mí la importancia del servicio social. Recuerdo vívidamente acompañar a mi mamá en sus obras sociales: el tutelar de menores, los asilos de ancianos y los basureros municipales me marcaron profundamente. Fui creciendo hasta convertirme en una joven inquieta que quería hacer una diferencia. Cuando entré a la universidad lo hice decidida a aprovechar cada oportunidad que se me presentara. Fue así como empecé a involucrarme en distintos grupos estudiantiles que me dieron grandes enseñanzas. Seguí participando en diversas actividades hasta que llegó a mí la oportunidad que me cambiaría para siempre: The State of the World Forum. Dicha organización con sede en Estados Unidos me estaba invitando a participar en su foro anual; poco sabía yo que esa experiencia sería el parteaguas que marcaría definitivamente mi vida. Lo que ahí viví fue sumamente revelador, abriéndome a mundos desconocidos y regalándome infinitas posibilidades de cambio. Tanto fue el impacto que a mi regreso decidí que tenía que replicar este mismo evento de clase mundial para jóvenes en Monterrey. Reuní un equipo de líderes estudiantiles para juntos romper paradigmas y organizar lo que fue catalogado como el evento estelar del país en ese año logrando sembrar la semilla de la responsabilidad social y la participación ciudadana en los más de 600 jóvenes de 45 países que participaron. El entendimiento que ahí recibí sobre la importancia de la inspiración como esa fuerza sobrenatural que lleva a la acción se convirtió, años después, en lo que hoy conoces como Efecto Inspiración. Esta es mi historia.
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