Gerardo sabe que para escuchar se necesita mucho más que solo percibir sonidos; su discapacidad auditiva así se lo ha hecho ver. Es sordo de nacimiento. Mientras crecía se fue enfrentando a diferentes retos sociales y de aprendizaje, pues solo se limitaba a copiar lo que veía. Sin embargo, su vida da un giro total a sus 18 años cuando aprende Lengua de Señas dándole un entendimiento total sobre el mundo y brindándole importantes oportunidades de inclusión. Con el objetivo de apoyar a quienes tienen su misma discapacidad, cofunda Dilo en Señas: asociación civil que tiene el propósito de facilitar la inclusión integral de las personas sordas de México. Gerardo es un hombre que tiene la voz en sus manos haciéndonos ver que no hay límites. Una historia de perseverancia e inclusión.
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