Kike comparte su historia de lucha que lo llevó a vencer, no solo la enfermedad física, sino también la emocional; entendiendo que la vida es hermosa y vale la pena esforzarse día con día para alcanzar nuestras metas. Una historia llena de fuerza, tenacidad y valentía, la cual nos hace recordar que no hay límites y que rendirse no es opción.