A los 19 años Ale fue diagnosticada con epilepsia. A pesar de que el tratamiento le logró controlar las crisis, vivía con ansiedad y en un estado de alerta constante pues no sabía en qué momento podría llegar una convulsión. Estuvo varios años bajo control hasta que en el 2019 regresaron las crisis epilépticas. Estando ya casada y con dos hijos la situación se volvió crítica llevándola a estar 60 noches en el hospital para probar diferentes tratamientos hasta que le dijeron que ya no había nada que hacer pues ningún medicamento funcionaba. Empezaron a buscar opciones fuera de México encontrando la solución en Estados Unidos donde le hicieron una cirugía que implicaba muchos riesgos pero que fue lo que finalmente le devolvió la salud. Todos los retos que Ale enfrentó con su salud tanto física como mental hicieron que encontrara un sentido a lo vivido, entendiendo que la magia y la libertad está en las cosas más simples de la vida. Una historia de esperanza.
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