El cuarto embarazo llegó de manera inesperada para Alejandra y su esposo. Después de tres niños vendría la bendición de un nuevo hijo, también varón. Cuando Daniel nació, jamás contemplaron la posibilidad de que el bebé pudiera venir con alguna discapacidad. Sin embargo, después de varios estudios los doctores les confirmaron que tenía Síndrome Down. Ale narra que ahí inicio un camino desconocido, pues ella esperaba llegar a un destino y de pronto, sin previo aviso, la vida la llevó a otro. En ese nuevo destino descubrió que existía un mundo paralelo que es el mundo de la discapacidad. Ella afirma que, aunque sí es un reto diario, también es un ancla que la aterriza para poder apreciar lo verdaderamente importante de la vida a tal grado que ahora se cuestiona quién tiene realmente una discapacidad: nosotros que decimos que no tenemos algo diagnosticado o ellos. Una historia de resiliencia, amor y dedicación.
Facebook: Efecto Inspiración
Instagram: @efectoinspiracion