Es un mandamiento del Señor Jesús que nos amemos unos a otros, por lo que una buena forma para tanto para evaluar como para desarrollar, es la buena comunicación, aquella que edifica, apoya, exhorta y anima. Hemos perdido habilidades para escuchar y hablar, así que las Escrituras nos enseñan en cómo hacerlo para amar al prójimo por medio de una sana comunicación.