Bienvenido, bienvenida. El texto, titulado "Proclama mi alma la grandeza del Señor," presenta una reflexión profunda sobre la humildad y el encuentro con Dios a través de la figura de María, su prima Isabel y varias mujeres más, a lo largo de la historia. La narrativa central es el testimonio de una joven que supuestamente vio a María en la ciudad, quien le recordó la importancia de proclamar la grandeza del Señor y reconocerse como criaturas necesitadas de gracia. Este mensaje actualiza el cántico del Magníficat, interpretando cada verso como una interpelación personal sobre la ambición, la alegría verdadera y la necesidad de descender de los "tronos" del ego para que Dios pueda reinar. Finalmente, se sugieren gestos comunitarios para el Adviento, como el silencio ante el Sagrario y la reflexión sobre figuras femeninas de fe, que buscan concretar la conversión mediante el encuentro real con Cristo en el presente. En síntesis, entender y aceptar nuestro lugar como criaturas, es la clave para encontrar nuestro lugar y nuestro destino aquí en el mundo y más allá, en el cumplimiento de la promesa.
