En este mensaje de la serie Vanidad de vanidades exploramos Eclesiastés 2:18-26, donde el Predicador reflexiona sobre el sentido del trabajo. El esfuerzo humano separado de Dios termina en vacío y frustración, pero cuando reconocemos que el trabajo es un don de su mano, cobra propósito eterno. Aprende cómo trabajar no como un fin en sí mismo, sino como un medio para honrar a Dios y disfrutar de su gracia.
Pbro. Andrés Martínez Patachi