Después de muchas risas, ideas y complicidades, este episodio marca el cierre de un ciclo inolvidable. Ricky y Kaizzer se despiden de La Edad de Oro con gratitud, nostalgia y mucho cariño. No hay puntos ni escaleta, solo un mensaje desde el corazón para quienes hicieron este viaje posible. Gracias por escucharnos, por las cortinillas, por los correos, por estar.
Este no es el final de la historia, es solo una pausa. El vaso se vacía… pero viene el refil.