Hernán comparte su trayectoria como educador, desde su formación inicial como maestro de primaria hasta su rol actual en la educación cristiana. Explica cómo su encuentro con Jesucristo transformó su vocación, llevándolo a integrar la fe en su enseñanza y a especializarse en administración educativa. Hernán destaca la importancia de su experiencia como profesor en su desempeño como director y cómo esto ha influido en su enfoque para mejorar la calidad educativa en diversas instituciones, incluyendo colegios cristianos y públicos.
Hernán enfatiza la importancia de combinar la excelencia académica con la formación en valores cristianos en la educación, argumentando que ambos aspectos deben tener el mismo peso y no ser vistos como elementos separados. Destaca la necesidad de que las escuelas cristianas apliquen principios de administración, dirección y calidad, y busquen procesos de estandarización para mejorar su rendimiento académico. Carlos y Hernán coinciden en que este enfoque integral es crucial para formar líderes que puedan destacar tanto en su vida espiritual como en su futuro profesional.
Hernán comenta acerca de los desafíos en la capacitación del personal académico, destacando la brecha tecnológica entre generaciones de maestros y la importancia de combinar la experiencia con las habilidades digitales. Sugiere un balance entre la formación virtual y presencial, enfatizando la importancia del intercambio de experiencias entre colegios y la implementación de programas de mentoría. Hernán platica sobre la necesidad de que los educadores estén abiertos al aprendizaje mutuo y compartan buenas prácticas para mejorar el desempeño académico y la integración de valores.