Una de las cosas que la mayoría de las personas tienen que lidiar, son con las constantes acusaciones que vienen por parte del enemigo a sus conciencias y esto lo permiten las personas porque no han entendido el poder que tiene la sangre de Jesus . También se tienen que enfrentar con las acusaciones de personas que solo buscan cualquier ocasión para condenarlos. Jesus no vino a condenar al mundo, sino que el mundo sea salvo por El.