Richard Wagner tenía 21 años y era un joven inquieto que quería comerse el mundo y además cambiarlo. Había escrito una primera ópera al estilo alemán, LAS HADAS, pero la había dejado en un cajón del escritorio. Después quiso probar con el estilo italiano y compuso LA PROHIBICIÓN DE AMAR, una ópera cómica, pero la suerte no le acompañó. La pudo estrenar dos años después en 1836 en Mandeburgo, pero resultó un tremendo fracaso, aunque fue por causa de elenco y no por las virtudes artísticas de la obra.