En los últimos tiempos se han levantado voces que buscan opacar el establecimiento del reino de Dios. Dichas voces son el reflejo de una sociedad que cuestiona, niega efectividad, duda acerca de su veracidad, incluso trata de aplastar con la negación de su existencia.
Caminemos deseando experimentar el poder de Dios en nuestras vidas, oremos porque sea evidente su presencia en nosotros, que los dones y ministerios estén activos en nuestras congregaciones. Anhelemos ser testimonios del poder de Dios para otros.