La fe que activamos al creer en Jesucristo, se verá atacada por voces y eventos que aparentemente retrasan el milagro que Cristo hará en nuestras vidas. Absorber palabras de desgracia, oír voces con malas noticias, dejar que el temor se posesione de nosotros, nos alejara del glorioso milagro que Jesús quiere realizar para que creamos en él, y para que reconozcamos su grandeza, dejemos de lado lo que estorba para ver la gloria de Dios.