Si había alguna posibilidad de alborotar un poco más el gallinero, los honorables lo lograron. Ya habían perpetrado antes otro sainete pateando el tablero con altisonantes discursos llenos de nada, ofendiendo una vez más a la ciudadanía que los votó. La posibilidad de llevar a juicio a la Fiscala General del Estado se hundió, por el resto de este periodo de sesiones, en los sótanos del Congreso en donde acumulan polvo y cucarachas otros esperpentos y abortos de ambas cámaras.