Una cosa es estar armado y otra llevar un arma encima. La primera es tenencia, la segunda, portación. Se han escrito enciclopedias sobre la conveniencia o no de tener un arma ya sea en la casa, en el trabajo, en el vehículo o en la cintura. También se ha teorizado y legislado abundantemente sobre la doctrina del uso de armas, en especial, para la defensa personal. En este punto, el debate que lleva años se mueve en torno a un concepto, el de la proporcionalidad a la hora de responder a una agresión.