Seguramente al pensar en UN CONSTRUCTOR lo asocias un ingeniero, un arquitecto, un maestro de obras, el operador de las grúas y maquinarias que se necesitan para levantar las edificaciones, también a mucha gente trabajando. Pero si nuestro ojos y sentidos no está preparados para esta labor que sueles ver?.
Para la mayoría de las personas una construcción es molesta, ruidosa, polvorienta, ocupan espacios innecesarios en almacenamiento de productos de construcción donde encontramos una infinidad de materiales para realizar esta obra.
Dentro de estos materiales podemos ver ladrillos y piedras de diferentes formas, y muchas veces algunas de estas son desechadas porque están rotas, son muy grandes o muy pequeñas y no encajan para el uso que fueron diseñadas.
Son como pequeñas piezas de un rompecabezas que tienen diferentes formas y tal vez el constructor no esta mirando el potencial de ser diferente y del potencial excepcional que podría tener en ellas al usarlas y colocarlas correctamente, debe de verlas con ojos de artista de un creador de cosas nuevas.
Nuestro fundamento es Cristo, el cemento que va a pegar cada piedra es la palabra que penetra en cada uno adhiriéndose a la base, esto es con la ayuda del Espíritu Santo que es quien nos edifica.
