"Santificación" puede parecer una palabra irrelevante, pero no es una realidad irrelevante. Es como cientos de términos técnicos médicos. Sólo los médicos las usan, pero tu vida depende de la realidad que representan. "Santificación" viene de dos palabras latinas: sanctus que significa santo, y ficare que significa hacer santo. La santificación también viene de la raíz griego, santuario, santo, y santificado. Significa separar como especial y diferente.
Incluso si la palabra santificación puede parecer distante o irrelevante, la realidad es muy relevante. Supongamos que te acuestas con tu novia o tu novio, y conoces a Jesucristo y obtienes el coraje de parar y cambiar tu realidad, eso es santificación. Otro escenario también, podría ser ocular fuentes privadas de ingresos al llenar tus declaraciones de impuestos. Entonces llegas a creer en Jesucristo como Salvador y Señor y comienzas a decir la verdad en tus declaraciones de impuestos, eso es santificación. Supongamos que estás murmurando, mintiendo, o constantemente hablando críticamente de las personas, cuando la Palabra de Dios convence tu conciencia, dejas de hablar de la muerte, y críticas innecesarias, eso es santificación.
Es un trabajo especial por parte del Espíritu Santo hacernos santo. El nos consagra. Él es quien trabaja en nuestras vidas transformando nuestros apetitos de amar el pecado a amar la justicia. Es un milagro para el ser humano ser transformado en la Imagen de Jesucristo. Esto nunca puede ser realizado por fuerzas humanas. Jesús dijo, "... separados de Mí no podrás hacer nada" (Juan 15:5). Pablo dijo, "No hay justo, ni aun uno; (Romanos 3:10) La santificación es la obra del Espíritu Santo, y aparte de Él no podemos hacer nada. "'No por fuerza ni por poder, sino por Mi Espíritu', dice el Señor" (Zacarías 4:6)
El punto es este: Dios no se detiene en la salvación, "El que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo." (Filipenses 1:6) Él es el autor de nuestra fe y también el perfeccionador de nuestra fe. "Y nosotros somos transformados a su semejanza con gloria creciente, que viene del Señor, que es el Espíritu." (2 Corintios 3:18) Problemas, tentaciones y distracciones pueden ser destruidos en su vida instantáneamente por el poder del Espíritu Santo, el santificador.
Invita hoy mismo al Espíritu Santo a tu vida y permite que lo santifique hoy.