Desde pequeños siempre hemos escuchado a nuestro alrededor, en nuestras familias la frase al final de cada oración "En el nombre de Jesús", hasta el punto de sentirnos un poco extraños si no concluíamos una oración con las palabras "En el nombre de Jesús, Amén", parecia como si la oración no fuera real o hubiese quedado incompleta.
La realidad es que Jesús nos enseño como orar en su nombre, entonces será que ¿está mal terminar una oración sin esas palabras? son las palabras "En el nombre de Jesús", palabras sobrenaturales que santifican y bendicen nuestras oraciones?
Orar en el nombre de Jesús es definitivamente bíblico. La palabra de Dios dice: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré." - Juan 14:13-14. También podemos ver este concepto repetido en Juan 15:16 y Juan 15:23-24. Pareciera como si orar en el nombre de Jesús tuviera un sello que garantiza que la oración será contestada.
Sin embargo, esta no es la realidad, y a menudo tiramos palabras en nuestras tradiciones, sin entender el poder, conviertendolas así en "Vanas Repeticiones" a lo que Jesús se refiere en su enseñanza de Mateo 6:7. Orar en el nombre de Jesús es mucho más profundo, y mucho más poderoso, que sólo un "final religioso" a nuestras oraciones.
Orar en el nombre de Jesús es acerca de posicionar nuestros corazónes apropiadamente. Se trata de autoridad, humildad, y esencialmente de adoración. Cuando oramos en el nombre de Jesús esto significa que estámos conscientes de las verdades importantes en nuestra relación con nuestro Padre Dios. En esta serie devocional exploraremos como el poder de orar en el nombre de Jesús es importante para nuestra vida hoy.
Así que hoy, te animo para que vayas y ores al Padre en el nombre de Jesús, no como una declaración religiosa, o un buen sentimiento de finalidad, sino con confianza sabiendo que estás haciendo algo poderoso, honroso, y personal a medida que sellas cada oracion al comenzar tu día, al terminar tu día, antes de las comidas, y en cualquier momento que ores en su nombre, se consciente que estás invitando todo el cielo y al mismo Rey Jesús ha ser parte de tu peticion y de tu vida.