Listen

Description

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Romans 10:9-10

Decir "en el nombre de Jesús" al final de una oración no es una fórmula mágica. No son las palabras en la oración lo que importa, sino el propósito detrás de la oración. Orar sinceramente en el nombre de Jesús y por Su gloria es lo importante, no adjuntar ciertas palabras al final de una oración diaria, o antes de una comida. Si lo que pedimos o decimos en oración no es para la gloria de Dios, o alineado con quien es Él realmente, entonces decir "en el nombre de Jesús" no tiene sentido. La pregunta de hoy es, ¿por qué oramos en el nombre de Jesús?

La preposicion "en" es significativa. Habla claramente de nuestra relación con Cristo. Lo primero que hacemos cuando oramos en el nombre de Jesús, desde una posición auténtica, es que estamos declarando y reconociendo que estamos "en" él, unidos a él en su vida, muerte y resurrección. Y ahora, incluso nuestras oraciones están "en" su nombre. Cuando oramos en el nombre de Jesús, estamos reconociendo que, sin la obra de Cristo, estaríamos alejados de Dios para siempre. y que al estar "en" Cristo, y su Espíritu "en" nosotros, podemos venir a él en oración, no por nuestras propias obras o por lo que hemos hecho, o por lo que somos, sino por lo que Él es.

Esto cambia todo el escenario para nosotros, estamos declarando que somos Suyos, y Él es nuestro Señor, Salvador y Rey. La palabra de Dios dice en Romanos 10:9-10, "Si declaras con tu boca: "Jesús es el Señor," y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo." Al orar en el nombre de Jesús estámos haciendo inmediatamente dos cosas, reafirmando la confesión de nuestra fe como segura en Cristo, y estámos reconociendo quién es Él "en" nosotros. De repente nuestra identidad se alinea con Él a través de la oración, nos volvemos de cualquier falsedad de tu identidad y declaramos que estamos "en" Cristo.

Reconocer quién es Jesús realmente a través de nuestras oraciones es poderoso, esta alineación te libera para recibir todo lo que te pertenece en Cristo: Bendición, favor, sanidad, claridad, provisión, justicia y vida eterna. Así que hoy, adelante y ora en el nombre de Jesús, no como una declaración religiosa, o una vana repetición sino reconociendo quién es Él en tu vida, ¡esto realmente despertará la realidad de estar en Cristo!