Orar en el nombre de Jesús no es una expresión mística para hacer realidad todas nuestras oraciones. Es una alineación con Dios y sumisión a Su voluntad por encima de la nuestra. Sellar nuestras oraciones "En el nombre de Jesús", significa "morir a mi propia voluntad, para que su voluntad se haga".
En 1 Juan 5:14-15 vemos una aclaración añadida a lo que esto significa: "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos escucha en todo lo que pedimos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos pedido."
Puedo pensar en momentos en mi propia vida cuando mis oraciones han sido vanas y repetitivas, o peticiones personales que he hecho que están tan lejos de la voluntad de Dios. Como la oración es también una conversación personal con Dios, es absolutamente bueno derramar nuestros corazones y peticiones personales a Él. Sin embargo, hay una manera mucho mejor de orar, cuando oramos alineados a Su voluntad nuestras oraciones toman una nueva dimensión. Oramos con poder y confianza, sabiendo que Dios cumplirá Su voluntad y promesas. Aprendemos acerca de la voluntad de Dios al estudiar Su palabra, y una relación activa con Él donde Su Espíritu Santo confirma y revela Su verdadera voluntad para nuestras vidas.
Orar en el nombre de Jesús, sella nuestras oraciones diciendo a Dios: "Me someto a tu voluntad". Estamos comunicando a Dios que aunque hemos dado a conocer nuestras peticiónes, estamos sometidos a su voluntad, y confíamos plenamente en que Él atenderá nuestras oraciones conforme a su voluntad, no conforme a nuestra propia voluntad, deseos, o incluso nuestro propio entendimiento de cómo orar.
Así que hoy, ve y ora en el nombre de Jesús, no como una declaración religiosa, sino con humildad. Conscientes que estamos sometiendo nuestro ser a Su voluntad. ¡ésta alineación despertará su poder espiritual en ti!