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“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. - Hebreos 12:1-2

La mejor manera de terminar bien este año y estar seguros del premio es fijar nuestros ojos en Jesús. No se nos promete un camino fácil - no se nos promete una vida sin desafíos, y el viaje puede ser difícil, pero todavía lleno de alegría. La gente a nuestro alrededor puede ser desalentadora, y podemos sufrir, pero así fue para Jesús. Él corrió Su carrera antes que nosotros y Él fue pionero en el camino. Cristo modeló cómo completar algo bien cuando siguió y murió en la cruz por los pecados de la humanidad. A lo largo de la vida y el ministerio de Jesús no hubo un día en que Él no fijara sus ojos, su corazón, y se enfocara en Su Padre Celestial, y por lo tanto en Su misión. Hasta el final Él estuvo en conversación íntima y se enfocó con el Padre. ¿Cuánto más necesitamos tú y yo fijar nuestra visión, enfoque y amor en nuestro redentor Jesucristo, el autor y consumador de nuestra fe?

En la práctica, esto significa dejar que Él llene nuestros pensamientos e imaginación día a día, en lugar de nuestros problemas y circunstancias. Si nuestros ojos están en otra parte, cuando las cosas se ponen difíciles nos cansamos, nos desanimamos y nos damos por vencidos.

¡Decide hoy dar el final de este año a Dios, terminar bien!

“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.”. - Hebreos 12:1-2 NVI